Los hábitos de consumo de la población, ligados a una preocupación creciente a cerca de la calidad, seguridad, inocuidad y autenticidad de los alimentos, deriva en que se demanden productos con características concretas. En este sentido, el genotipo de los animales juega un papel importante ya que influye tanto en las propiedades y estructura del músculo, como en la fisiología de la carne (Sañudo et al., 2004) incluyendo las propiedades bioquímicas de la misma (Gil et al., 2001). Además, la raza es en muchos casos un criterio recogido en los pliegos de condiciones de las denominaciones de origen.
Por ello, el objetivo del estudio se centra en la identificación rápida y no destructiva de diferentes genotipos de terneros a partir de su carne empleando espectroscopía NIR en el rango 400-2500 nm.
La inclusión moderada de pulpa de algarroba (PA) (Ceratonia siliqua L.) en dietas de corderos no afecta su desempeño productivo, aunque poco se conoce sobre los efectos antioxidantes en la carne, o de su interacción con otros antioxidantes, como la Vitamina E (VE).
Nuestro objetivo fue evaluar el efecto de combinar PA (0 vs. 20 %) y VE (40 vs. 300 UI/kg de pienso) en la dieta de corderos de cebo, sobre la calidad y vida útil de su carne almacenada en atmosfera modificada (ATM).
A través del proyecto SmartBeef, impulsado por el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida), un equipo de investigadores han podido identificar biomarcadores celulares de determinados defectos en la calidad de la carne.
mEATquality es un nuevo proyecto europeo para mejorar las prácticas de manejo extensivas en la producción de cerdo y de pollo de engorde con la calidad intrínseca de la carne. La asociación Ecovalia, Carrefour España y las Universidades de Salamanca y Córdoba participan en esta actuación.
El trabajo, “Influencia del sistema de producción convencional vs ecológico, el nivel de pasto, la estacionalidad y el periodo de maduración sobre la calidad de carne de ternera”, presentado por Isabel Revilla Martín y Carlos Palacios Riocerezo, ha sido el ganador de los Premios Nacionales en Investigación en Producción Ecológica ‘Andrés Núñez de Prado’, organizados por Ecovalia y la Familia Núñez de Prado.
El reglamento oficial de agricultura ecológica de la Unión Europea (European comission, 2014), exige la incorporación de ingredientes producidos ecológicamente y fibra vegetal en la alimentación de aves de corral. La alfalfa es una leguminosa con buen contenido proteico y fibra. Cosechada en estadíos tempranos se logra un nivel de metionina similar al de los granos de soja (1,5 g/100 g proteina; Beyer et al. 1977). Su ensilado es posible con: adecuada deshidratación (aprox. 45% MS), buena compactación y sello hermético. La alfalfa fresca o la harina usada en las dietas de pollos y gallinas, no alteran negativamente los rendimientos. Por el contrario, mejoran la calidad de la carne y los huevos: alto nivel de ácidos grasos poliinsaturados, especialmente n-3; alta concetración de pigmentos; bajo nivel de colesterol (Ponte et al., 2014; Laudadio et al., 2014; Carrasco et al., 2016) En el marco de un proyecto de investigación (Weltin et al., 2014) se cosechó alfalfa joven antes de floración (en estado de botón) con el propósito de ensilarla. Se produjo ensilado de alfalfa picado y extruido. Adicionalmente el ensilado de alfalfa extruido juntamente con un concentrado suplementario fueron peletizados.
En el marco de la producción ecológica de pollos, se ha planteado el presente estudio con el objetivo de determinar los efectos de tres tipos de ensilado (picado, extruido y peletizado) en la calidad de la carne.
Entre las características productivas del cerdo Ibérico destacan un crecimiento más lento, comparado con la mayor parte de las razas porcinas comerciales, y una mayor tendencia al engrasamiento, esta última relacionada con una elevada calidad sensorial del producto curado (López-Bote, 1998). Esta desventaja productiva se ha tratado de evitar mediante la cría de cerdos cruzados de Ibérico con Duroc, persiguiendo con ello cierto equilibrio entre productividad y calidad final de la carne.
La Norma de Calidad del cerdo Ibérico (RD 4/2014) establece mínimos de edad al sacrificio y peso individual de la canal que, en animales de la categoría de cebo, corresponden a 10 meses y 115 kg, respectivamente. Puesto que los verracos Duroc utilizados para el cruce proceden en su mayor parte de compañías genéticas con fuertes programas de selección, el resultado del cruce puede alcanzar este peso mínimo en 8 meses. Una posible estrategia para cumplir con la Norma es la utilización de dietas alternativas que ralenticen el crecimiento del animal sin comprometer la calidad del producto final. La utilización de dietas con restricción proteica puede ser una de estas estrategias (Lebret, 2008), puesto que además de su menor coste, diversos autores han observado un incremento del porcentaje en grasa intramuscular (GIM) en cerdos alimentados en las primeras fases del crecimiento con piensos de bajo contenido proteico, traduciéndose en una mejora de las propiedades sensoriales (Teye et al., 2006; Wood et al., 2004).
El objetivo del presente trabajo es comprobar si los piensos bajos en proteína, suministrados en fase de recría a cerdos Ibéricos de cebo cruzados con Duroc, afectan a determinados caracteres de la calidad final de la carne.
Actualmente la producción ganadera es uno de los sectores agrícolas con mayor crecimiento, lo que se está traduciendo en un aumento muy importante en el consumo de materias primas para alimentación animal, sobre todo de cereales. Este incremento en la demanda tiene implicaciones ambientales que hacen que el sistema de producción actual sea poco sostenible (de Miguel et al., 2015; Hendy et al., 1995).
La utilización de subproductos agrícolas en alimentación animal (como alperujos de almazaras o pulpa de tomate) es una estrategia que ha sido muy estudiada como alternativa sostenible a los piensos tradicionales, dado que son materias fáciles de conseguir, de bajo coste y que normalmente carecen de uso (Joven et al., 2014; Molina-Alcaide et al., 2010).
Por otro lado, una dieta con restricción energética rica en fibra podría resultar beneficiosa en algunos aspectos productivos. Diversos estudios realizados en cerdo blanco han puesto de manifiesto que la incorporación de fibra a la dieta tiene un efecto positivo sobre el bienestar, la salud y el comportamiento del animal, contribuyendo a reducir la incidencia de enfermedades entéricas y las estereotipias (de Leeuw et al., 2008; Williams et al., 2001) mientras que la calidad de la carne no se ha visto mermada (Joven et al., 2014).
El objetivo de este estudio es analizar si piensos con alto contenido en fibra, suministrados en fase de recría a cerdos ibéricos cruzados de acabado en cebo, podrían influir sobre la calidad final de la carne, analizando el efecto de la dieta sobre caracteres altamente relacionados con atributos de calidad.