En las últimas décadas, la inmensa mayoría de los programas de mejora genética de melocotonero se han enfocado en la obtención de variedades de maduración temprana o extratemprana, que por su alta rentabilidad comercial son el objetivo prioritario en los países productores de melocotón de ambos hemisferios. El uso y la explotación de las variedades élite y de líneas ya mejoradas ha reducido considerablemente el tamaño del embrión en el momento de la madurez del fruto, lo que imposibilita la germinación de estas semillas con los métodos tradicionales. Desde los años 80 se viene utilizando en estos programas de mejora el cultivo de embriones aislados por métodos articiales para conseguir la germinación de las semillas de este tipo de variedades. Por ello, en este artículo se hace una revisión de los protocolos mejorados de cultivo de óvulos y subsiguiente cultivo de embriones para garantizar una aceptable tasa de germinación, incrementar el número de plantas viables y así amortizar la inversión realizada y acortar tiempos dentro de los programas de mejora. Con estas técnicas se han logrado germinaciones cercanas al 100% a partir de embriones menores de 3 mm, redundando en la eficacia de los programas de mejora.
En las últimas décadas, la inmensa mayoría de los programas de mejora genética de melocotonero se han enfocado en la obtención de variedades de maduración temprana o extratemprana, que por su alta rentabilidad comercial son el objetivo prioritario en los países productores de melocotón de ambos hemisferios. El uso y la explotación de las variedades élite y de líneas ya mejoradas ha reducido considerablemente el tamaño del embrión en el momento de la madurez del fruto, lo que imposibilita la germinación de estas semillas con los métodos tradicionales. Desde los años 80 se viene utilizando en estos programas de mejora el cultivo de embriones aislados por métodos articiales para conseguir la germinación de las semillas de este tipo de variedades. Por ello, en este artículo se hace una revisión de los protocolos mejorados de cultivo de óvulos y subsiguiente cultivo de embriones para garantizar una aceptable tasa de germinación, incrementar el número de plantas viables y así amortizar la inversión realizada y acortar tiempos dentro de los programas de mejora. Con estas técnicas se han logrado germinaciones cercanas al 100% a partir de embriones menores de 3 mm, redundando en la eficacia de los programas de mejora.